Recetas de los economistas para ingreso de las mujeres al mercado laboral Chile se encuentra casi 20 puntos debajo del promedio de participación laboral femenina de la OCDE

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El ingreso de las mujeres al mercado del trabajo ha aumentado en los últimos años en Chile. Entre 2011 y 2012, su tasa de participación ha crecido en 3,5 puntos porcentuales -a 47,8%- y la de ocupación en 4,7 puntos, a 44,2%. 

Sin embargo, estas tasas, -que se traducen en un desempleo femenino de 7,5%-, aún están por debajo del promedio que registran los países de la OCDE y de la región.

Natalie Kramm, investigadora de LyD, acota que la tasa de ocupación promedio anual de las mujeres en la OCDE está en torno al 60%, y la de participación, en alrededor de 70%, casi 20 puntos por encima de Chile.

 

¿Qué explica estos bajos niveles en un contexto de pleno empleo y fuerte crecimiento? 

La directora de Estudios de ComunidadMujer, Andrea Betancor, señala que son múltiples las razones, de manera combinada, que explican este “pobre” desempeño. Una de ellas es que “las mujeres son quienes están a cargo de las tareas domésticas y de cuidado en el hogar y eso, que está culturalmente muy asentado, impone restricciones a sus jornadas laborales”. 

Subraya que “una de cada dos mujeres entre 18 y 65 años tiene al menos una persona dependiente a su cuidado… Aproximadamente el 40% de las mujeres que tienen al menos un hijo menor de 14 años declara que la principal razón de su inactividad es no tener con quién dejar a sus hijos”. Esto, señala, sin duda “es una desventaja. Pierden experiencia, las tecnologías y procesos cambian y luego es más complejo insertarse”, acota.

Los investigadores del Centro de EstudiosHorizontal,Fernando Medina y Pablo Paredes, destacan la rigidez del mercado laboral. “Si bien se han implementado algunas políticas como salas cunas públicas, éstas llevan un período corto de tiempo en funcionamiento”, aseguran.

Coinciden en que el principal motivo por el cual las mujeres no buscan empleo es por los quehaceres del hogar. “En este punto pueden influir las brechas salariales entre hombres y mujeres, donde en muchos casos probablemente la mujer no desea entrar al mercado laboral debido a que el salario no cubre el costo de oportunidad de los quehaceres del hogar o el cuidado de los niños”, afirman.

 

Por qué estamos bajo el promedio

Betancor destaca que los países desarrollados de la OCDE cuentan con una red institucional de cuidado de niños y adultos dependientes mayor que la nuestra. Además, “el nivel de escolaridad, la productividad y el acceso a capacitación es mucho mayor que en Chile, lo cual permite que los salarios en esos países sean significativamente más altos. Esto último, en conjunto con alternativas de cuidado, permite y estimula a las mujeres a participar del mercado de trabajo”, precisa.  

Respecto de la región, señala que “en algunos países latinoamericanos los niveles de informalidad son mayores que los chilenos. Y en una mayor proporción que en Chile, las mujeres trabajan con sus hijos”.

El académico de la U. de Chile, Joseph Ramos , acota que esta baja participación “se asocia a la población rural. Se tiende a considerar en Chile que la mujer de campo se dedica a su casa, aunque trabaje su pequeña parcela familiar. En cambio, otros países, como Bolivia, han clasificado a las mujeres de campo como económicamente activas por trabajar sus parcelas”.

 

Qué mejorar…

Medina y Paredes afirman que para destrabar estos cuellos de botella se deben implementar políticas que aumenten el ingreso femenino y disminuyan las brechas salariales entre hombres y mujeres, por ejemplo, con subsidios.

Plantean que se debe reformar finalmente el controvertido artículo 203 del Código Laboral, que obliga a las empresas con 20 o más trabajadoras a ofrecer servicios de sala cuna, o pagar el costo de las madres por una, hasta los 24 meses de edad. “En la práctica, esta normativa funciona como un impuesto a las contrataciones femeninas, ya que el costo de la maternidad se carga exclusivamente en las mujeres”, acotan.

Betancor propone, en lo inmediato, crear un sistema nacional de capacitación que incluya a las mujeres , especialmente a las que no tienen estudios terciarios, entre sus prioridades. Es partidaria de reformar el Artículo 203, de que se continúe con la expansión de la red pública de salas cunas y jardines infantiles, y que se generen opciones de cuidados para después de la jornada escolar y para los períodos de vacaciones. Y trabajar también en el área de adultos dependientes.

Para Jaime Ruiz Tagle,académico de la U. de Chile, se deben promover jornadas laborales parciales para hombres y mujeres que faciliten la relación trabajo/crianza, jardines infantiles con jornadas extendidas y de calidad, y capacitación laboral de las mujeres.

Kramm señala que se debe avanzar en materia de flexibilidad laboral, incentivando el trabajo part time y el teletrabajo. También plantea un salario mínimo diferenciado de acuerdo a la densidad de sus cotizaciones, como incentivo a la contratación.

Fuente: Radio Santiago

 

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