En Chile hay trabajo pero faltan manos, inmigrantes al rescate Las visas laborales han aumentado aproximadamente un 25% anual desde 2002

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Laura Tapias, hidrogeóloga, perdió su trabajo en España. Tras cuatro meses en "paro" decidió arrancar de la crisis económica europea y viajar a Chile junto a su pareja, solo con boleto de ida. Dos días después de su arribo, encontró empleo y se quedó.

 

El caso de la madrileña de 33 años se está repitiendo cada vez más en el mayor productor mundial de cobre, un país agroexportador y con una sólida economía que requiere de una mano de obra especializada de la que carece.

 

"La situación en España era muy complicada. Mi pareja y yo nos quedamos sin trabajo. El encontró trabajo aquí (en Chile) y nos vinimos. Yo busqué al llegar. Me demoré dos días. Eché el currículum y al día siguiente me llamaron y me dijeron que sí en la entrevista. No me lo creía", contó Tapias.

 

Según estimaciones empresariales, Chile deberá cubrir unos 100.000 puestos de trabajo directos y otros 300.000 indirectos en los próximos 10 a 12 años, debido a inversiones mineras por más de 100.000 millones de dólares.

 

Más allá de las marcadas desigualdades salariales, esta nación sudamericana de 16 millones de habitantes tiene trabajando a casi toda su población en edad laboral, con un nivel de desocupación en la capital, Santiago, del 5,2 por ciento en diciembre, el menor en 40 años, lo que los economistas llaman "pleno empleo".

 

En tanto, en todo el país, la cesantía fue del 6,2 por ciento para el trimestre septiembre-noviembre, el menor nivel en seis años, frente a, por ejemplo, una España en donde el nivel de desempleo superó el 26 por ciento en 2012.

 

Durante los últimos tres años, el Gobierno asegura que se han creado unos 700.000 puestos de trabajo, lo que sumado a millonarios planes de inversión que requieren de personal, explicarían las buenas cifras.

 

"Estos son niveles cercanos al pleno empleo. Esto quiere decir que en Chile el problema que tenemos no es que hay un exceso de trabajadores, es al revés, hay escasez de trabajadores", dijo recientemente el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

 

Como parte del atractivo chileno, está la reciente mejora que hizo la agencia Standard & Poor's a la calificación de la deuda soberana del país a "AA-" desde "A+", otro imán para las inversiones.

 

Y como contraparte para sus habitantes, está la dificultad para acceder al sistema de educación superior, que no considera enseñanza pública gratuita, lo que limita la especialización de las personas con menos recursos.

 

"Chile ha hecho un progreso muy lento en términos de educación superior. Va a tomar una década o más antes de ver resultados. No hay una verdadera riqueza de trabajadores calificados en Chile. Así que sin duda la gente del extranjero va a ser la mejor opción a corto plazo", dijo Michael Henderson, economista de Capital Economics.

 

Ante la necesidad de capital humano, el Gobierno se prepara para renovar su ley migratoria -que data de la época de la dictadura hace 30 años- y facilitar así la llegada de especialistas al país y ubicarlos en zonas donde los puestos de trabajo necesitan ser llenados.

 

Plazas relacionadas al rubro de minería y de servicios, además de medicina, son algunas de las que empezarán a generarse con mayor fuerza.

 

"Chile tiene conciencia de que hay inversiones que, sin el aporte de los inmigrantes, es muy difícil satisfacer la cantidad de puestos de trabajo que se requieren y así impulsar la economía", dijo Mario Cassanello, jefe del Departamento de Extranjería y Migración del Gobierno.

 

Por lo pronto, existen acuerdos con el Mercosur que permiten que los ciudadanos puedan ingresar a trabajar a los distintos países con una visa de dos años. Pero se vienen más cambios.

 

EN AUMENTO 

La entrega de visas para vivir en Chile crece a razón de 30 por ciento anual desde el 2009 aproximadamente, mientras que las relacionadas con permisos laborales lo han hecho a razón de 25 por ciento anual desde el 2002.

Actualmente, en el país residen unos 400.000 extranjeros. Los peruanos lideran el grupo con unos 146.000 integrantes, seguidos por argentinos y bolivianos, sus tres vecinos. 

Además, atraídos por la buena situación económica, también han llegado recientemente colombianos, haitianos y dominicanos, mayoritariamente dedicados a labores de servicio doméstico, construcción y atención al público.

Pero, a raíz de la crisis económica en Europa, algunas cifras empiezan a llamar la atención. 

Entre enero y octubre, la entrega de visas a españoles casi se duplicó frente al mismo período del año previo, y pasaron de 517 a 954. En el caso de sólo los españoles profesionales, fueron de 112 a 375.

En tanto, las visas para profesionales de países europeos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pasaron de 1.457 a 2.029 en el mismo período. 

"Hay una tendencia a que vengan más profesionales de España (...) El fenómeno es real. Los españoles tienen el idioma y se les hace muy fácil. Hay mucho profesional en minería, muchos geólogos", precisó Cassanello. 

Pero más allá de la minería, el imán que atrae a los inmigrantes es la solidez económica de Chile, uno de los pocos países de la región que tiene grado de inversión.

"Me interesó de Chile el crecimiento económico, luego que es un país que en materia medioambiental está bastante potente y creciendo un montón. Entonces, por eso fue uno de los países que evalué a la hora de tomar las maletas", dijo Laura Rodríguez, consultora medioambiental española que trabaja en Santiago. 

El fenómeno, que va en ascenso, también se ha detectado en otros países de la región. Por ejemplo, en Perú, otro importante país minero que ha recibido a más de 35.000 extranjeros con visa de trabajador en 2012. De ellos, el 10 por ciento es español.

 

PROMOVER MIGRACION Y CUOTAS

Chile pretende dar a esta oleada un nuevo marco legal -que debe ser enviado al Congreso-, el que apunta a fijar cuotas migratorias.  

"Por ejemplo, si se necesitan neurólogos en una determinada región, se crea una visa migratoria especial y se llevan especialistas a ese lugar", dijo Cassanello.

La idea es hacer de la migración un tema más flexible porque, de acuerdo con Extranjería, se requiere que las normas les permitan un manejo más amplio y así desburocratizar el sistema.

En el Gobierno creen que la creación de un organismo estatal que coordine a los ministerios de Trabajo, Hacienda, Interior, Salud y Educación podría permitir que se identifique con mayor claridad y rapidez a los sectores que necesitan ser atendidos por profesionales foráneos.

Otro tema importante, dicen expertos, pasa por cambios en la ley del trabajo, que actualmente permite que de la totalidad de empleados de una empresa, como máximo el 15 por ciento sea extranjero. 

Esto se aplica para las entidades con más de 25 empleados, lo que a final puede frenar el desarrollo de ciertas actividades.

Desde Extranjería recuerdan que hace dos años, en el norte de Chile, un campo de uvas se quedó sin poder ser cosechado porque no hubo quien lo hiciera.

"En la última temporada, hubo problemas puntuales de falta de mano de obra, especialmente en regiones (...) a fines de febrero o inicios de marzo (de 2012). El sector está preocupado por este tema, ya que cada año el problema crece", comentó Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores Hortofrutícolas (ASOEX).

La Sociedad Nacional de Agricultura informó a fines de 2012 que un 9 por ciento de los agricultores dejará la producción sin cosechar en esta temporada -que se inició con el verano austral- como respuesta a la escasez de mano de obra.

Bown dijo que hace más de una década que deben traer gente desde Santiago hacia el norte para poder realizar las cosechas y ha sido en términos crecientes.

"Es un indicador claro que se necesitará mano de obra extranjera (...) y el problema incide, ya que la competencia con otros sectores, el minero -principalmente-, hace que los salarios aumenten", agregó.

Copiapó, una ciudad ubicada a unos 800 kilómetros al norte de Santiago, es la que más extranjeros necesita, precisó.

Si bien es un tema sobre el que aún no se halla consenso, fuentes del Gobierno comentaron que se evalúa la posibilidad de flexibilizar la ley y permitir que las empresas presenten solicitudes de excepción, detallando la cantidad de personal extranjero que va a requerir y por cuánto tiempo.

"Debe depender de la zona, para algunas regiones el 15 por ciento es suficiente. Para otras no. Pueden haber fluctuaciones entre el 5 y el 40 por ciento", consideró Bown. 

"Creo que deben simplificar los trámites para las visas y asegurar el retorno de las personas a los países de origen", añadió.

 

Fuente: Reuters

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